La Asamblea de Apoyo a Migrantes de Tenerife denuncia el trato racista recibido por las 162 personas llegadas el pasado domingo en un cayuco a la isla de El Hierro, entre ellas se encontraban menores y dos mujeres que vieron vulnerado su derecho a protección.

La Asamblea de Apoyo a Migrantes de Tenerife ha sido informada de las condiciones de acogida de las 162 personas que llegaron el domingo 27 de madrugada al puerto de La Restinga, en El Hierro en el último cayuco arribado a la isla. Tras la atención por parte de Cruz Roja en el mismo muelle, las personas que habían llegado (entre ellas dos mujeres y una cantidad indeterminada de menores) fueron conducidas al polideportivo de San Andrés donde hace unos meses se instalaron unas carpas que hacen las veces de CATE (Centro de Atención Temporal de Extranjeros).

Recordamos que la mayoría de embarcaciones con migrantes llegan a la isla más occidental del Archipiélago procedentes de las costas de Mauritania y Senegal, tras una larga y peligrosa travesía de más de una semana de duración. En esta ocasión fueron 8 días navegando en un cayuco en el que tenían que turnarse para descansar por la falta de espacio.

El trato institucional a la llegada a las costas de El Hierro, no supuso ninguna mejora en su situación. El lugar donde tuvieron que pasar, al menos, dos días hasta su traslado, era tan reducido para las 162 personas que se vieron en la obligación de seguir haciendo turnos para acostarse a dormir. No había un lugar adecuado para alojar a las dos mujeres que viajaban en el cayuco, una de ellas embarazada, y nos cuentan que durmieron encerradas en un baño para estar separadas de los hombres. Tampoco se separó a los menores de los adultos, lo cual vulnera los derechos de los menores y, por si fuera poco, la última de las noches no hubo nadie del dispositivo de acogida en el CATE, por lo que no pudieron ser atendidas.

El traslado entre la isla de El Hierro y Tenerife se realizó en un buque de la Naviera Armas. La compañía, en un primer momento, se negó a trasladar a todas las personas migrantes con el argumento que no podían viajar más de 48 sin escolta policial. Tras las gestiones oportunas con las autoridades pudieron viajar en la proa del barco, encerrados en un redil improvisado con un cordón, y sin ningún tipo de asistencia. Un viaje de varias horas sin aire acondicionado a diferencia del resto del pasaje, encerrados como ganado y sin tener ni agua para beber.

Para la Asamblea de Apoyo a Migrantes de Tenerife se trata de una muestra más del racismo de nuestra sociedad. Desde las políticas migratorias europeas racistas que provocan asesinatos, sufrimiento y vulneración de los derechos humanos, al racismo de una empresa de transporte de viajeros, pasando por unas instituciones racistas que habilitan espacios de acogida indignos y se permiten saltarse los derechos humanos y dejar desamparadas a personas en situación vulnerable.

Parte de los hechos han sido puestos en conocimiento del Defensor del Pueblo por parte de la Asamblea, pero también queremos hacer denuncia pública para que las personas responsables den explicaciones, para poner el foco en las que son víctimas de este racismo, tantas veces criminalizadas en un intento de distraer la atención sobre los miles de vidas de personas racializadas y empobrecidas que condenan a la marginalidad o que son conducidas a la muerte en las fronteras del actual Estado Español.